jueves, 23 de enero de 2014

LOS 33 ORIENTALES

Esta nota publicada un fin de año cuando importan menos la noticias y menos aún las vinculadas con la historia fue como un abrazo de afecto y reconocimiento de muchos argentinos para un grupo de militares que en su momento se negó a cumplir órdenes ilegales por lo que los responsables de crímenes de lesa humanidad en la dictadura terminaron excluyéndolos del Ejército. Se los conoció como “los 33 Orientales” por el número que fueron pero también por la decisión y valentía que los distinguió. Aquí se los muestra en un papel menos conocido: el que tuvieron en el Congreso a partir de la recuperación de la democracia. El final del artículo es de especial interés para legisladores y políticos en general.
Por Armando Vidal

 Podría escribirse la historia de casi un cuarto de siglo de democracia siguiendo las leyes vinculadas con las Fuerzas Armadas, responsables -aunque no únicas- de todos los golpes y en particular el del 24 de marzo de 1976, el más cruento por lo que sobrevino después.
La primera de esas leyes fue la derogación de la autoamnistía con la que la dictadura pretendió cubrir su retirada, en diciembre de 1983. Y la última, hace apenas unos días, fue la reparación a los excluidos del Ejército en 1980, conocidos como "Los 33 Orientales", la mayoría identificados con el peronismo.

Estos hombres de saco y corbata camuflados como legisladores que van y vienen de una Cámara a la otra y del Congreso a la Rosada, o al revés, tuvieron señales favorables por parte de todos los gobiernos, a partir de la gestión de Raúl Alfonsín. Pero más en la presidencia de Néstor Kirchner.

Acusados de perjudicar "la cohesión espiritual" y "no encontrarse adecuadamente compenetrados con la filosofía y el sentir institucional del Proceso de Reorganización Nacional", varios de esos jefes y oficiales dados de baja en los cuarteles, tres años después comenzaron otra carrera en el Congreso.

Así participaron en la elaboración de normas en el campo de sus competencias y se opusieron a las leyes de Punto Final (1986) y de Obediencia Debida (1987, tras la rebelión de Semana Santa).
Uno de ellos (el ex mayor Miguel García Moreno) llegó a ser diputado para completar el mandato de quien lo precedía en la lista. El área de operaciones fue cada una de las comisiones de Defensa de todos estos años. Y el blanco elegido, lograr el más amplio consenso.

Por eso, las grandes leyes tuvieron un respaldo casi unánime en ambos brazos parlamentarios. Bregaron por la necesidad de consolidar un modelo de conducción política para las Fuerzas Armadas encuadradas en lo institucional y con respeto de los derechos humanos. Se opusieron a la doctrina de la seguridad nacional y a la identificación de falsos enemigos estratégicos como quería Washington, además de estrechar lazos en la región.
Las leyes de este camino incluyeron la primera reforma del código de Justicia Militar (1984), la ley de Defensa (1988), Seguridad Interior (1992), reestructuración de las Fuerzas Armadas (1998), inteligencia (2001) e ingreso y salida de tropas (2003), además de la conocida como de producción para la defensa y la que deroga el código de Justicia Militar.

Como los intrépidos orientales que en 1825 cruzaron el río para liberar a Uruguay del imperio brasileño, también fueron 33. Entre ellos, el teniente Ernesto Urien, el teniente primero Luis Tibiletti, los capitanes Mario Rossi, Ricardo Colombo y Guillermo Cogorno (hijo del Tte. Cnel. fusilado por la Revolución Libertadora en 1956), los mayores Norberto Pascale y García Moreno, y los tenientes coroneles Ramón Orieta y Carlos Sánchez Toranzo. Orieta había sido un estrecho colaborador del general Juan Enrique Guglielmelli en la revista Estrategia y Sánchez Toranzo era el sobrino de Nicasio, ex presidente de la Cámara de Diputados en 1975 y en 1954 embajador de Juan Domingo Perón en Guatemala, en el momento del golpe norteamericano contra Jacobo Arbenz.
Hubo otros, como Gustavo Drueta y Gregorio Pomar (nieto del ex diputado radical y ex militar revolucionario), que no formaron parte de los 33 pero dejaron su sello de dignidad ante indignos jerarcas militares condenados por la historia. Si algo se les reconoce es no haber querido cumplir órdenes con ciega obediencia. Una lección también para los políticos de la democracia.

Volanta y título: Reparación a los militares echados en 1980/ Los "33 Orientales", hombres clave para las leyes de Defensa 

 Fuente: Clarín, 31/12/07

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